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extractos
de charlas que ha dado Prem Rawat en todo el mundo índice |
Estoy buscando y no sé por qué.
Busco porque creo que debo hacerlo. Busco porque he leído
que “buscar es bueno”. Y mientras tanto, no entiendo la auténtica
magia. Un momento: me gustaría hablarte de esa magia.
Es algo innato, algo esencial, este deseo de satisfacción. Estoy usando la palabra “satisfacción” y puede que sea del todo inadecuada, pero no importa. Porque ¿sabes?, se trata de un sentimiento, es un sentimiento.
Desde que existe el lenguaje, y desde que el hombre aprendió a escribir, ha intentado describir este sentimiento.
Lo llamó “paz” y esa palabra no era suficiente. El hombre lo sabía.
Tranquilidad... y no era suficiente. Serenidad... y no era suficiente. Amor... y no era suficiente. Alegría... y no era suficiente.
El poder de esta
sed fundamental, de este anhelo fundamental... Ese poder, tienes que
comprenderlo. Y no sólo tienes que entenderlo, sino que tienes
que rendirte a él. Porque no puedes luchar contra él. Deja
que te conquiste. Déjale acercarse a ti. Y deja que te absorba.
Porque sería dejarse absorber por la paz, dejarse absorber... ¿cómo?
Igual que una gota de agua que llega al océano.
Y en el momento en que llega al océano, entonces es el océano: deja de ser una gota.
¿Te das cuenta de cómo funciona? ¿No te parece fascinante? Una gotita, una gotita diminuta, cayendo a través de miles de metros: una gota, una gota, una gota, una gota, una gota. Tiene su propia entidad, tiene su identidad, es una gota. Existe, es un “ente”, y es diminuta.
Sigue cayendo y cayendo y cayendo...
Y no tiene elección. Si el viento sopla, se desplaza. Si el viento
sopla desde abajo, hace que se eleve un poco; frena su caída. Y
luego continúa. Si el viento sopla por la derecha, se desplaza;
si el viento sopla por la izquierda, se desplaza.
No sé tú, pero eso es lo que yo quiero: dejarme absorber por esa alegría. Así, ahora somos inseparables. Ahora, viento, adelante, haz tu trabajo. Intenta moverme. Ahora no soy vulnerable, porque me he aliado con la solidez del océano -que, a propósito, es líquido-.
Pero ahora, ¿sigo siendo móvil?
Desde luego.
Voy a ir a sitios extraordinarios que una gota no podría ni siquiera
imaginar.
Voy a viajar,
voy a ver cosas,
y voy a ser parte de ese magnífico océano.
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